Y seguimos en 2019 con estas pequeñas gotas que van ayudándote a gestionar tu rasgo PAS. Hoy hablaremos acerca de las etiquetas y su relación con el rasgo. ¿Es ser altamente sensible una etiqueta más? ¿te has etiquetado a ti misma a lo largo de tu vida? ¿qué etiquetas son las que más te han impuesto hasta hoy? ¿estás cansada de que te tilden de «esto» o «aquello»?. Bueno, pues hoy vamos a dar una pequeña vuelta alrededor del concepto etiqueta y cómo influye en la gestión del rasgo de las personas con elevado procesamiento sensorial.
soy PAS_ ¿una etiqueta más?
Esto es un debate muy manido. Hay algunas personas altamente sensibles que «pasan» de seguir descubriendo el rasgo porque no quieren etiquetarse. Piensan que esto del rasgo es una etiqueta más. Incluso una moda. Que ahora parece que todo el mundo tiene que cuadrarse dentro del algún concepto. Y si no estás en ninguno, pues no molas.
Otras, en cambio, utilizan el rasgo para pegárselo en la frente (y no lo mires como algo literal). Lo descubren y a partir de ese momento lo utilizan casi como su apellido: «- Hola, me llamo Consuelo y soy PAS». Se identifican con él al 100% y lo usan como excusa para absolutamente todo lo que les sucede. Lo cuentan a todo el mundo y necesitan que la gente les comprenda, porque ellos y ellas son PAS. De hecho, ser PAS es ser como ellos y ellas. Y punto.
Después de estos dos extremos, hay posiciones intermedias. Que casi siempre son las más acertadas. ¿Para qué sirve utilizar el rasgo como excusa a cómo eres? Pues, desde mi visión, para nada. ¿De qué te sirve descubrir algo que te puede ayudar a entenderte y negarte a saber más por miedo a una posible etiqueta? Pues, de nuevo desde mi humilde opinión, para nada.
Yo te propongo lo siguiente: descubre el rasgo, investiga sobre él (de fuentes fiables y expertas), conoce estrategias, aplícalas en tu día a día, comienza a gestionarte y luego con el término PAS haces lo que te dé la gana. ¿Qué te parece?
etiquetas altamente sensibles_
A veces, hasta que descubres que quizás eres una persona con sensibilidad de procesamiento sensorial, ya te han caído una buena tanda de etiquetas. Hay algunas bastante comunes en las PAS: tímido, vergonzosa, nervioso, inconstante, rara, sensible, llorona… Y casi todas nos las reparten desde que somos unos/as niños/as. Esto modifica enormemente la manera en la que te desarrollas. Un niño activo al que desde pequeño se le dice que es nervioso y esto se le repite de manera constante desde su círculo más cercano, muy posiblemente acabará siendo un adulto con problemas en este sentido.
Cuando descubres el rasgo, hay muchas de esas etiquetas que estaban incluidas en este término. Por ejemplo, el hecho de ser PAS genera que tu sistema nervioso central esté más activo, más alterado de manera constante. Esto hace que, ante determinadas situaciones (como por ejemplo las situaciones nuevas) tu capacidad de percepción y tu nivel de estrés sean elevados. Por lo tanto, aparecen estas sensaciones de nervios que incluso te impiden relacionarte de manera inmediata con la situación porque estás observando, etc. Entonces, ¿esto es porque eres nervioso o porque eresPAS?
Hay niños y niñas que son catalogados desde pequeños como tímidos simplemente porque no se acercan a todo el mundo (incluso a extraños) en edades muy tempranas (2-3 años). Quizás esos niños simplemente necesiten observar antes de poder interactuar. Y los adultos ya están creando en ellos una serie de etiquetas que los limitan para toda su vida. Por favor: dejemos de decirle a niños y niñas lo que son y serán cuando aún se están desarrollando.
cuestión de cambios_
Ya dediqué uno de los post de este 2019 a este tema como eje central de la gestión del rasgo. Los cambios que estemos dispuestos a dar nos acercaran a la persona que deseamos ser. Es posible que durante tu vida te hayan acribillado literalmente a etiquetas. Que tengas 40 años y seas: tímida, cabezota, pesimista, cascarrabias, quejica, solitaria, nerviosa, agorera, victimista… y puedes seguir la lista con lo que se te ocurra. Pero, (a no ser que debajo de esta etiqueta existan elementos de alguna patología que deba ser tratada por un profesional cualificado) todas estas etiquetas se pueden romper y tirar a la basura.
Lo que hace falta es voluntad. Mucha voluntad. Y no quedarnos aferrados/as a esos conceptos que, lejos de definirnos, nos limitan. Está claro que hay cambios que son más sencillos que otros. Y otros que nos parecen imposibles. Pero, sea como sea, otras realidades son posibles.
Evidentemente, para esto no basta con un par de días de buena voluntad. Los cambios profundos requieren de tiempo y constancia. Y en ocasiones, de algún apoyo externo que nos ayude a ver más allá y nos facilite herramientas para llevarlo a cabo.
y no te olvides de ti_
Para finalizar, me gustaría hacer hincapié en un aspecto al que prestamos poca atención. O al menos yo lo percibo de ese modo. Y es la manera en la que hablamos de nosotros mismos a los demás. ¿Cómo pretendemos cambiar si nos definimos de un modo cerrado ante personas que acabamos de conocer? Si a los 30 segundos de presentarme a alguien ya le adelanto que soy una persona muy nerviosa, pues ya le estoy predisponiendo conmigo en este aspecto.
En ocasiones, son los demás los que nos ponen las etiquetas pero somos nosotras las que las mantenemos.
Y tú, ¿te sigues etiquetando?
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Eva Perea,
Coach experta en alta sensibilidad
Terapeuta de Pareja | Sexóloga
Educadora en disciplina positiva para Familias
Fundadora y Directora de Terapia y Emociones
