La primavera es la estación del cambio por excelencia. Lo que estaba dormido despierta de su letargo. Renacen los colores y todo se llena de una luz especial. Mires donde mires encuentras pequeñas evoluciones. Lo que ayer era de una manera hoy es de otra muy diferente. Cambios y más cambios que parecen dar la bienvenida a un estallido de vida a tu alrededor. ¿Te has fijado?
Esos mismos cambios son en los que tú también puedes ser protagonista. Y es que, la vida está llena de oportunidades para que te saques los grises de encima. Para que tú también florezcas. Evoluciones. Crezcas. Este mes de marzo hablaremos de la importancia de los cambios en la gestión del rasgo altamente sensible. Porque; ¿cómo pretendes que algo sea diferente si siempre lo haces todo igual? Allá vamos: cambio altamente sensible.
La importancia de estar abierta a cambiar_
«He leído todos los libros que hay sobre alta sensibilidad. He visto el documental de Elaine, también el que echaron por la 2 y estoy suscrita a todos los blogs que hablan sobre las PAS. Lo sé todo sobre el rasgo. Pero sigo exactamente igual». Esto es la realidad de muchas personas altamente sensibles, que día a día se llenan de información sobre el rasgo, pero que no dan un paso para cambiar.
Y ojo, que nadie se equivoque. No estoy diciendo en absoluto que cambiar sea sencillo. Si fuera así, no estaría dedicándole el post del mes a este aspecto. Soy absolutamente consciente de que hay mil situaciones distintas y que cada persona con sus circunstancias hace lo que puede. Pero, ¿estás segura de que estás abierto/a a ese cambio que tanto deseas?
Por otro lado, tampoco quiero que pienses que estoy hablando de hacer grandes cambios en tu vida. Giros de 180 grados que que le den la vuelta y pongan del revés tu realidad. Desde luego que habrán personas que necesiten embarcarse en esa aventura, pero los cambios de los que te vengo a hablar en este post son de esos pequeñitos. De los del día a día. De esos pasos que todos juntos suman un gran salto hacía delante.
Huyendo de los imposibles_
Seguramente, si hace 10 años me hubieran contado la vida que tengo hoy en día me hubiera echado a reír. Por poneros varios ejemplos: bebía varios cafés al día (de hecho, yo era de esas personas que dicen que «necesitan el café»), no dormía prácticamente (de 6 a 7 horas al día), usaba el coche a diario y mi tiempo libre era NINGUNO.
A día de hoy, el café desapareció hace años de mi vida (y no sabes lo que cambió mi sistema nervioso al hacerlo), duermo fenomenal (teniendo en cuenta que tengo un bebé), voy en bici y en transportes públicos (comprobé todo lo que me estresaba conducir al dejarlo, y por otro lado me siento mejor con el medio ambiente) y me permito tener mi tiempo libre sin sentirme culpable por ello (repito aquí lo del bebé; tiempo libre limitado, pero tiempo libre). Por supuesto, tengo una persona que me ayuda en todo lo que no sé gestionar por mí misma. Porque las terapeutas también vamos al terapeuta.
Mi vida ha cambiado muchísimo más, pero no quiero convertir este post en un «Todo sobre Eva». No es la finalidad. Sobre todo quiero decirte que todo aquello que te parezca imposible que desaparezca es lo que más tienes que desterrar. Quizás, los cambios sean la actividad más complicada que tiene por delante una persona altamente sensible en esto de la gestión del rasgo.
Pequeños pasos, grandes logros_
Cambios en la alimentación, en el entorno, en tu manera de comunicarte, en tu actividad física, en tu casa. Cambios en tus relaciones, en tu gestión del tiempo. En tus armarios. Cambios en la hora de dormir, en tu trabajo. Cambios en tu vida.
Es importante que comiences poco a poco con esto de los cambios. ¿Porqué? Porque a no ser que tengas una gran motivación y unas metas muy apetecibles, es posible que te quedes a mitad de todos esos cambios si los inicias a la vez. Y entonces te sientas mal porque no lo has conseguido. Te frustres. Y entonces, a volver a empezar, pero ahora encima con esa mala experiencia.
Tu vida no va a cambiar de la noche a la mañana. Esto es un proceso, para el cual es totalmente necesaria tu voluntad de cambiar y tu acción de cambio. Sin eso, jamás pasará nada.
Dice el diccionario: cambio. Acción y efecto de cambiar. Exacto. Un cambio conlleva necesariamente una acción por tu parte. Y ese cambio tendrá unas consecuencias. Que pueden ser más o menos rápidas, pero siempre las tendrá. Pero mucho cuidado con que los cambios que haya en tu vida sean solo consecuencia de decisiones de los demás. Cuando actúas de manera pasiva y no decides nada todo lo que te sucede es fruto de lo que quieren los demás. Y dejas de tener el papel protagonista.
Mantenerte en el cambio_
Una vez que has implementado esas acciones en tu día a día, es importante que pase un tiempo para que esos cambios se queden contigo. Es normal que, después de haberte marcado una tarde libre (sin trabajo) una vez te van surgiendo cosas vuelvas de nuevo a no respetarla y vuelvas a no tener tiempo para ti. En ese instante, en ese mismo momento, eres tú la única persona responsable de seguir poniendo ese límite.
Lo mismo sucede con todo lo demás. Si te has planteado, por ejemplo, dormir más horas o acostarte antes y lo consigues durante unos meses es normal que pienses que ya está conseguido y que poco a poco vayas volviendo a viejas costumbres. Ahí tendrás que ser tú de nuevo la que recuerdes todo lo positivo que te ha traído un buen descanso y recuperes lo anterior. (En este post te hablo sobre las PAS y los límites)
Por supuesto, cuánto más favorable sea tu entorno para estos cambios, mucho mejor para ti. Pero no olvides que eres tú la que quieres hacerlos y la que tienes la responsabilidad de llevarlos adelante. Que no se te olvide.
Así que, te invito a pasar a la acción. Venga, ¿por dónde empezamos?
Aprende a gestionar el rasgo PAS desde casa, a tu ritmo y de la mano de una experta en alta sensibilidad.
Si quieres saber más sobre cómo trabajar tu rasgo altamente sensible, haz click aquí.
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Eva Perea,
Coach experta en alta sensibilidad
Terapeuta de Pareja | Sexóloga
Educadora en disciplina positiva para Familias
Fundadora y Directora de Terapia y Emociones
